Ya en
la era actual, los libros han cambiado radicalmente gracias a la tecnología.
Podemos leer libros en nuestro dispositivo portátil, y no solo eso, sino tener ilimitados libros en el mismo. Pero los de la vieja escuela, a pesar de la
facilidad que nos da la tecnología, prefieren los libros impresos. En mi ámbito
profesional, personalmente defenderé los libros impresos.
Los
libros impresos a pesar de que a veces son difíciles de transportar y tener
sumo cuidado por lo delicado, tienen una magia en sí. Sientes de verdad que
leíste un libro cuando cierras el mismo y contemplas la parte de atrás, como
signo de triunfo. En los libros digitales no sucede esto. Además, los libros
digitales es un poco más difícil de leer. ¿Por qué? Porque las luces de los
dispositivos molestan después de un largo rato. Lo más placentero es leer un
libro impreso y estar cómodo de leer el tiempo que desees. También, al toca las
letras para seguirlas, se le hace difícil a los dispositivos, ya que si pulsas
activaras varias opciones y se te será imposible leer tranquilo. En los libros
impresos, puedes manosearlos cuanto desees.
Según
la revista Diners, con los libres digitales se retiene menos la información,
gracias a un estudio publicado en USA Today. También, que estos libros
electrónicos afectan el sueño, gracias a los emisores de luz.
En
conclusión, los libros físicos aun no le han podido ganar a los electrónicos,
gracias a las ventajas que contiene a pesar de sus indirectas.
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